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Jaime García Chávez

30/01/2023 - 12:03 am

Costosa la política internacional de AMLO

Tengo por convicción que a López Obrador no le interesa la política y las relaciones mundiales, que está más preocupado por su aldea y, por tanto, su desempeño, a la vez que niega el papel de la Cancillería, cumple a capricho lo que son sus convicciones, más que la responsabilidad de un Jefe de Estado que nos representa ante el orbe. 

El Presidente Andrés Manuel López Obrador en conferencia.
“Tengo por convicción que a López Obrador no le interesa la política y las relaciones mundiales, que está más preocupado por su aldea y, por tanto, su desempeño, a la vez que niega el papel de la Cancillería, cumple a capricho lo que son sus convicciones, más que la responsabilidad de un Jefe de Estado que nos representa ante el orbe”. Foto: Gobierno de México

Lo prometido fue deuda y se está pagando a un altísimo costo. Andrés Manuel López Obrador, en sus múltiples campañas ofreció que la política internacional del país sería orientada por la política interior. Todo un despropósito a la luz de los mejores aportes que recomienda el derecho internacional y obliga el haz de principios constitucionales que rigen en esta materia. 

A casi cuatro años de ejercicio presidencial, se observa que la opinión postulada por López Obrador denota incomprensión y desinterés por los grandes problemas mundiales, donde México debe tener presencia y, como lo ha hecho, de manera brillante en otros momentos. 

Lo mismo se han visto desatinos que improvisaciones, ignorancias, incoherencias y terquedades. Si fueran las opiniones personales de López Obrador, no pasarían de ahí. Pero se trata de una esfera en la que el Estado mexicano se pone ante los ojos de todo el mundo, con todo lo que ello implica en un país con vastas relaciones, culturales, comerciales y geopolíticas que de suyo obligarían a tener un cuidado extremo de lo que se hace y emprende. 

Tengo por convicción que a López Obrador no le interesa la política y las relaciones mundiales, que está más preocupado por su aldea y, por tanto, su desempeño, a la vez que niega el papel de la Cancillería, cumple a capricho lo que son sus convicciones, más que la responsabilidad de un Jefe de Estado que nos representa ante el orbe. 

El caso de Ucrania, en la coyuntura, es más que elocuente. Dígase lo que se diga, se trata de un país que no ha mucho obtuvo su independencia a la hora de la desintegración de la URSS, que a la vez ha estado como una especie de sándwich en todos los conflictos bélicos de los últimos cien años, por no ahondar más en el tiempo. 

La Rusia de Putin la invadió en una guerra mediante una acción bélica que se creía de pronto desenlace pero que se ha estancado, provocando infinidad de problemas en el mundo entero, pero más en Europa, que ha sido el territorio de dos devastadoras guerras mundiales y otras, como las balcánicas, que ensombrecieron la última parte del siglo XX. 

Uno se pregunta cómo es posible que un Presidente como López Obrador, que defiende una visión juarista de la República contra el intervencionismo francés de Napoleón III, que está obligado por principios constitucionales a defender la no intervención y la solución pacífica de los conflictos, no haya actuado con el apego a estos postulados para valorar la conducta de México ante los mismos.

Hay también una evidente contradicción porque, diciendo que se apega a la política interior, el Presidente se pronuncia con sesgo y partidarismo en lo que a su juicio y visión personal conviene. Así ha sucedido en el caso de Ucrania, en el de Argentina, en el de Bolivia y en el de Perú. Y en particular en el abandono de foros internacionales en los que se debiera escuchar la voz de México. Pareciera que rehuye de estos foros porque poco o nada tiene qué decir en los mismos. Y eso daña a nuestro país.

Ahora que el poderío alemán ha ofrecido tanques de guerra y el correspondiente adiestramiento a efectivos militares a Ucrania, López Obrador muestra una triple cara: en primer lugar se erige como vocero de un sentir de la sociedad germana, lo que no es correcto conforme a las convenciones internacionales; en segundo lugar condena ese apoyo alemán bélico, pero nada más pensando que Alemania está mucho más allá del Atlántico, y guarda silencio no pronunciando ni una sola crítica a los Estados Unidos, que ofrecieron lo mismo. Y en último lugar, se pasa por alto a la Cancillería encabezada por Marcelo Ebrard, una de las llamadas “corcholatas”, para el procesamiento de una postura pensada y con apego a la seriedad del caso, aprovechando una “mañanera” para tratar el asunto al lado de chismes de la cotidianidad política de la clase gobernante.

¿Pensará López Obrador que el mundo no está viendo a México? Parece que sí.

26 enero 2023

Jaime García Chávez
Político y abogado chihuahuense. Por más de cuarenta años ha dirigido un despacho de abogados que defiende los derechos humanos y laborales. Impulsor del combate a la corrupción política. Fundador y actual presidente de Unión Ciudadana, A.C.

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